lunes, 15 de mayo de 2017

Sobre el nuevo decreto de evaluación


Llega el final de curso y los profesores de primaria, por primera vez, tendremos que poner las notas de final de curso siguiendo el complicado sistema de áreas, dimensiones, subdimensiones... que ha ideado nuestro Departament d'ensenyament. Desaparecen las notas numéricas y tendremos que expresar los resultados siguiendo la nueva nomenclatura: Logro excelente, notable, satisfactorio o no-logro (AE, AN, AS, NA en catalán).

Uno de los principales problemas es que deja de lado la evaluación del aprendizaje de los contenidos; solo hay que ver, por ejemplo, las áreas de matemáticas o de conocimiento del medio.

Empecemos por las matemáticas. La nota final de curso ahora tiene que salir de las subdimensiones de 'resolución de problemas', 'razonamiento', 'conexiones' y 'comunicación y representación'. Por supuesto que son aspectos importantes: el trabajo de la resolución de problemas es fundamental, el enseñar a razonar también, es clave enseñarles a conectar los diversos aprendizajes y que sepan comunicarlos... pero para ello no hay que oponerse a los contenidos. Para aprender matemáticas es fundamental desarrollar un buen sentido numérico, aprender a encontrar patrones, la geometría... y estos son aspectos conceptuales que con el nuevo sistema se pueden dejar de lado. Dirán: 'pero se integran en el aprendizaje global de las competencias'. No siempre será así. Con el nuevo sistema se quita el foco de estos aspectos. Se olvida que el trabajo de las habilidades solo tiene sentido si se hace alrededor de unos contenidos. Y la evaluación de los aspectos conceptuales es fundamental. ¿Qué sería lo mejor? Evaluar una única área, de matemáticas, con unos contenidos y habilidades bien estructurados y secuenciados.

Lo mismo pasa con el conocimiento del medio. Se evalúan subdimensiones como 'mundo actual', 'salud y equilibrio personal', 'tecnología', 'ciudadanía' (que vuelve a evaluarse después)... no digo que no sean aspectos importantes, pero ¿Dónde queda la historia? ¿Y la geografía? ¿Y la biología? El nuevo currículum cae en el competencialismo y en el utilitarismo. Solo valen aquellos aspectos útiles para la vida diaria. El conocimiento cultural, histórico, científico... pierden en cierta medida su razón de ser.

Es un sistema confuso que, desgraciadamente, cae en los clásicos tópicos alrededor de la evaluación. No digo que las competencias no sean importantes. El desarrollo de las diversas habilidades y procedimientos es importante, pero no ha de realizarse en oposición a los contenidos.


Esta imagen que compara los dos modelos de evaluación (la fuente es del propio Departament) es una buena muestra de lo que comento. Ojalá en el Departament d'Educació se leyeran el último libro de Daisy Christodoulou, Making Good Progress?. La cantidad de tópicos e ideas erróneas que incluye la tabla...

¿En qué se basan para decir que la evaluación por contenidos es pasiva y la evaluación por competencias activa? ¿Es un problema que se utilice ejercicios? ¿No son estos una evidencia del aprendizaje? ¿Realmente se creen que la simple observación es más evidente? ¿No es bueno descubrir qué es lo que no saben los alumnos para enseñárselo? ¿No es quizás más pasivo limitarse a establecer el nivel en el cual están? ¿La escuela ha de evaluar los conocimientos adquiridos por experiencia fuera del centro? ¿Sí? ¿Para perpetuar las desigualdades sociales? ¿O ha de posibilitar que todos sepan leer bien, que aprendan matemáticas, ciencias, que desarrollen un buen vocabulario... independientemente de su nivel socioeconómico y cultural?

Detrás de este decreto de evaluación están planteamientos como los de Carlos Monereo:


Llaman la atención algunas afirmaciones: 

'La evaluación tradicional lo que hace es potenciar un tipo de cosas para un mundo que no existe' ¿Cómo? ¿En qué medidas objetivas se basa? Valorar si un alumno conoce y entiende la descomposición numérica, la historia de Cataluña o los diversos tipos de seres vivos... ¿Es evaluar para un mundo que ya no existe?

'Aquel anacronismo: profesores del siglo XX enseñan contenidos del siglo XIX a alumnos del siglo XXI'
¿Se da cuenta de lo que está diciendo? ¿Qué es un contenido del siglo XIX? ¿Alguien me lo puede explicar?

Es también llamativo cuando afirma que los profesores han de formarse en la 'evaluación por competencias'. En caso de que no quisieran, dice, habría que ayudarlos. Si ni aun así, según él, habría que expulsarlos del sistema educativo. Eso sí, dice, después de pactar, consensuar y discutir los métodos de evaluación; en ningún momento he visto que se haya hablado o pactado el nuevo decreto de evaluación con el profesorado. Sr. Monereo; ¿Qué pasa si, basándonos en hechos objetivos, discrepamos con algunos de los planteamientos de esa 'nueva' visión de la evaluación?

En el resto de la intervención, Monereo se dedica a reivindicar el uso de problemas, tareas reales... en la educación. Aunque sea del año 2012, la entrevista es plenamente actual. Cuando estudié magisterio en la UAB estos planteamientos ya eran los únicos que se enseñaban en la facultad de educación. Tanto los planteamientos de Carlos Monereo como los del nuevo decreto de evaluación comparten el hecho de que parten del 'modelo de habilidades genéricas', que se basa en la resolución de problemas, proyectos, tareas de la vida real...

Como defiende Christodoulou el su último libro, este modelo tiene problemas importantes que no podemos dejar de lado (lo explico con más detenimiento en el último artículo: http://unestelalalba.blogspot.com.es/2017/05/making-good-progress-un-gran-libro.html). Con ello no quiero decir que no haya que plantear a los alumnos tareas de este tipo. De forma regular (quizás trimestralmente) puede ser una buena opción, para que apliquen aquello que han aprendido, pero la práctica diaria debería de basarse en el modelo de la práctica deliberada de la cual hablo en ese mismo artículo.

De este cambio en la evaluación obtendremos pocos resultados positivos. Sobrecargará al profesorado (porque basa todo en las complicadas subdimensiones, rúbricas...) y dificultará que nos centremos en los aspectos realmente importantes. La cantidad de subdimensiones que llegarán a las familias con las rúbricas perderán gran parte del sentido. ¿Cómo podremos explicar a los padres que su hijo tiene un 'Assoliment excelent' (Logro excelente) en la competencia plurilingüe e intercultural? ¿No se dan cuenta de lo subjetivo y poco significativo que es eso?

¿Cómo mejorar en evaluación? Queda mucho camino por recorrer; para tomar ideas, el último libro de Christodoulou puede ser una buena referencia.

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