martes, 11 de julio de 2017

Sobre la psicología cognitiva (VI): La instrucción efectiva



En los últimos artículos del blog sobre psicología cognitiva, hemos ido explicando diversos conceptos relacionados con el aprendizaje que son fundamentales: memoria a largo plazo, memoria de trabajo, teoría de la carga cognitiva...

Del conocimiento de estos conceptos se desprenden una serie de características que determinarían lo que es la 'instrucción efectiva'. En este artículo presentaré el cómo estos conceptos de psicología cognitiva pueden aplicarse al aula de forma efectiva.

El primer aspecto que tenemos que tener claro es que el conocimiento es fundamental. Tener una buena base de conocimientos previos es fundamental en cualquier ámbito: para el aprendizaje de la lectura, de las ciencias, de las matemáticas... Ello nos ayuda a evitar la sobrecarga de la memoria de trabajo y facilita que podamos procesar los nuevos conocimientos y aprendizajes, relacionándolos con aquello que ya sabemos.

Muchos profesores tienden a saltarse este primer aspecto fundamental y dejan de lado el trabajo y adquisición de conocimientos, pasando a lo que llaman 'habilidades de orden superior': resolución de problemas, pensamiento crítico, colaboración, evaluación, creación... Esto se debe a una mala interpretación de la 'Taxonomía de Bloom'. Como el conocimiento está en el piso de abajo se interpreta que no es lo fundamental, cuando todas las demás habilidades se fundamentan en el conocimiento. Para adquirirlo harán falta estrategias y prácticas que nos permitan aprenden aquello sobre lo cual queramos, muchas de ellas de repetición, de memorización... No podemos olvidarlo. En este sentido es muy interesante la propuesta que hace David Didau como alternativa a la Taxonomía de Bloom:



En ella, el conocimiento es la base de todo lo demás, y distingue entre conocimiento declarativo y no declarativo. Para tenerla en cuenta.

Cuando se introduce nuevo material, la instrucción explícita (también conocida como instrucción directa) que utiliza estructuras narrativas, analogías precisas y bien pensadas, que aprovecha el uso de ejemplos desarrollados (worked examples) combinada con buenas preguntas ayuda a manejar la carga cognitiva impuesta por el material. Por eso tenemos que evitar métodos basados en el descubrimiento o la exploración cuando los alumnos tienen pocos conocimientos sobre el tema, ya que requieren a los estudiantes unir y relacionar un montón de informaciones diferentes que todavía no conocen para entender los patrones o relaciones que queremos que entiendan



Todos los alumnos encuentran más fácil el aprender cuando buenos visuales, ilustraciones... acompañan el texto o la explicación (por las características de nuestra memoria de trabajo); si una buena explicación es acompañada por una buena imagen, llegaremos a más alumnos. Lo que hay que evitar es combinar recursos que utilicen la misma vía de entrada a nuestra memoria de trabajo (por ejemplo, utilizar texto en una presentación combinado con nuestra explicación oral).



La práctica espaciada y (especialmente para las matemáticas) la práctica intercalada para recordar ayuda a la consolidación de los nuevos aprendizajes. Esto lo vemos con los contenidos de cualquier área; por ejemplo, en las matemáticas es fundamental el trabajo regular y habitual de los diversos algoritmos para su dominio.




La variación de las condiciones en que se practica un aprendizaje ayuda a transferir el nuevo conocimiento a nuevos contextos: sea cambiando la situación física en el aula y los compañeros; variando la actividad...

Los estudiantes acostumbran a confundir el tener familiaridad con el material con la habilidad para recordarlo. Podemos ayudar a los estudiantes a formarse juicios más ajustados de sí mismos animándolos a que pase un tiempo entre el estudio y el autopreguntarse.

Fuente:
- Didau, D. and Rose, N. (2016). What every teacher needs to know about ... psychology. 1st ed. Woodbridge: John Catt Educational limited.


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